Una vez subida al auto,
papá me adivina la mirada fría
y las manos que gotean,
y me pregunta
"cómo puede ser que haya
alguien en el universo
que pueda no quererme demasiado"
Lo mismo me pregunto,
cuando lo veo manejar y me doy cuenta,
de que tal vez sea el único hombre
del que no temo que arriesgue
un camino monótono
para llevarme a las puertas del mundo.
viernes, 29 de agosto de 2008
sábado, 9 de agosto de 2008
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